domingo, 6 de abril de 2008

UNISEX


Estoy en un avión vía San Juan, Puerto Rico, leyendo UNISEX de Carlos Fuentes.

Caracas
Noche
>>>>>>Sexo
~~~~~~>>>>>>Alcohol
~~~~~~~~~~~~>>>>>>Moteles
>~~~~~~~~~~~~~~~~~>>>>>>Alcaloides
>>>~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~>>>>>>C.S.I.
>>>>>~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~>>>>>>Enamorados
>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>>Todo un pase de amor sin amor.
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~<<<<<<"Nadie
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~<<<<<<"Batalla
~~~~~~~~~~~~~~~~~~<<<<<<"Ilegales
~~~~~~~~~~~~<<<<<<"Barato
~~~~~~<<<<<<"Disparador
<<<<<<"Compañía
Esperanza
Inmaterial

Un vuelo, un libro.
Entre snacks y soft drinks, me tripeo hasta la última frase.

El intercomunicador expectora, Flight attendants please prepare for landing, me despierto y antes de esperar la frase en mal español, pongo mi asiento vertical y guardo la mesita contra el asiento de enfrente. Al tiempo, el avión se estremece contra la pista entre contorneos de alas y alerones. La desaceleración da paso a una sensación de alivio que se extingue con la certeza de que aún estoy vivo para seguir la agenda. Shit!

Busco el pasaporte, guardo el libro en el bolsillo externo de mi morral, reviso las planillas de inmigración. Hago la cola en Non-US residents, Visitors.

El oficial me pregunta cuál es el motivo de mi visita. Pienso: enriquecer uranio, llevarle 800k a Obama, diseminar la gripe aviar, jamonearme a Paris Hilton, traerle un hijo a Madonna y buscarle las pantaletas a Britney, fundar el partido Chavista de Norteamérica, traficar mis órganos, vender el petróleo que llevo al lado de los 800k, comprarle un laptop a las FARC… Pero respondo como siempre —Trabajo, el motivo de mi visita es trabajo—, y sigo con el protocolo.

Después de dos selladas el oficial me devuelve mi pasaporte y busco las indicaciones para el Baggage Claim; sigo las flechas. Todos nos reunimos alrededor de una larga y ovalada cinta rodante. Miramos hipnotizados las maletas hasta que cada quien sale del trance al pesca la correspondiente.

Un policía con un perrito Beagle inspecciona las maletas y los equipajes de mano.
El policía deja de moverse detrás de mí.
El perrito husmea mi morral.
Me pongo nervioso.
El animal comienza a ladrar.
Suelto la mochila.
Unisex rueda por el piso.
El can lo ataca con fiereza.
El oficial se abalanza sobre mí.
Otros policías lo ayudan.
Yo no me resisto.
Me golpean, me esposan.
Todos me miran.
El libro yace destrozado al lado del carrusel y frente al perro que le ladra…

El intercomunicador expectora, Flight attendants please prepare for landing, me despierto y antes de esperar la frase en mal español, pongo mi asiento vertical y guardo la mesita contra el asiento de enfrente. Al tiempo el avión se estremece contra la pista entre contorneos de alas y alerones. La desaceleración da paso a una sensación de alivio que se extingue con la certeza de que aún estoy vivo para seguir la agenda. Shit!

2 comentarios:

Francisco Pereira dijo...

jajajaja... un libro de puro ácido.
¡Bien Euclides!

Anónimo dijo...

No sé que tal será el libro, pero la pieza que escribiste es estupenda, casi te imagino contándola. Buenísmo!