Fuente: http://www.flickr.com/photos/22701328@N05/2186422694/
Te miraba y pensaba.
Atisbé tus labios, pesaroso.
Tus ojos me apocaban.
Mi vergüenza deseaba que me ignoraras.
Ya no sigo las analogías.
Pretendo todo lo que no conozco.
No enuncio pensamiento.
Tengo sed, hambre, sueño, soberanía.
Me siento inútil, inmaterial.
Hoy no persigo el camino.
Inservible, cansada, ineficaz.
Prefiero la trocha.
Dos relojes derretidos, inconcebible.
— ¿Qué nos pasa?, Enrique, hablemos
— Ana María, ¡esto se acabó!
Te miraba y pensaba.
Atisbé tus labios, pesaroso.
Tus ojos me apocaban.
Mi vergüenza deseaba que me ignoraras.
Ya no sigo las analogías.
Pretendo todo lo que no conozco.
No enuncio pensamiento.
Tengo sed, hambre, sueño, soberanía.
Me siento inútil, inmaterial.
Hoy no persigo el camino.
Inservible, cansada, ineficaz.
Prefiero la trocha.
Dos relojes derretidos, inconcebible.
— ¿Qué nos pasa?, Enrique, hablemos
— Ana María, ¡esto se acabó!